Amar a mis enemigos, una señal de Ser verdaderos Hijos de Dios

Los seres humanos normalmente repetimos lo que hemos aprendido en nuestra niñez, es decir, a través de lo que recibimos de nuestros Padres, o de las personas de autoridad tomaron una figura paterna en nuestra vida. A veces el apellido que llevamos encierra un conjunto de características por los cuales nos conocen, decimos los Perez son así, mal genio, agresivos, o son alegres,. Los Castro son generosos, tranquilos y así por el estilo, podemos ver que lo que fueron nuestros padres o nuestros antepasados normalmente lo repetimos y se genera un patrón por el cual las demás personas nos conocen.

Cuando vamos a la Palabra de Dios, Jesus nos dice que se nos reconocerá como hijos de Dios por hacer lo que también hace El Padre hacía, pero en este texto en partícular nos habla de la manera en como mostramos amor a nuestros enemigos. En Lucas 6,27-36 Jesús les dice a sus dicípulos,

»Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los insultan.  Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra; y si alguien te quita la capa, déjale que se lleve también tu camisa. A cualquiera que te pida algo, dáselo, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames. Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes.

»Si ustedes aman solamente a quienes los aman a ustedes, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los pecadores se portan así. Y si hacen bien solamente a quienes les hacen bien a ustedes, ¿qué tiene eso de extraordinario? También los pecadores se portan así. Y si dan prestado sólo a aquellos de quienes piensan recibir algo, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores se prestan unos a otros, esperando recibir unos de otros. Ustedes deben amar a sus enemigos, y hacer bien, y dar prestado sin esperar nada a cambio. Así será grande su recompensa, y ustedes serán hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malos. Sean ustedes compasivos, como también su Padre es compasivo.

Cuando caminamos en obediencia, y puedes reconocer que han habido personas que te lastimaron pero aún te duele lo que te hicieron, Jesús nos exhorta a manifestar que verdaderamente somos Hijos de DIos en la manera como amamos a nuestros enemigos y todo inicia con el perdón, no con la indiferencia. Que así como el Padre ha sido bondadoso con nosotros lo seamos también con los que nos han lastimado.

Ese nivel de amor no fluye naturalmente de nosotros por lo cual necesitamos del amor que nace de la Presencia del Espíritu Santo en nuestra vida, cuando estamos llenos de su amor y tenemos la revelación de cuanto amor se nos ha sido dado a través del perdón, entonces seremos capaces de extender perdón de la misma forma. Dios es bueno y El no nos va a pedir algo que El no haya hecho primero con nosotros.

¿Cómo quieres ser reconocido si dices que eres hijo de Dios?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *